SALADINO
Salah-al Din ("honrando la Fe"), nacido en Tekrit en el seno de una familia kurda que emigró a Irak, prestó sus servicios al sultán de Siria, Nureddin, y comandó una misión militar de defensa de Egipto frente al ataque de los francos y con el objetivo de eliminar del poder a la dinastía de los fatimíes, considerada herética. Tras tomar Egipto en 1169, obtuvo el cargo de visir del sultán fatimí, a quien sucedió en 1171.
A la muerte de Nureddin en 1174 tomó Damasco, Emesa y Hamah, y un año más tarde conquistó Baalbek y los territorios cercanos a Alepo, concediéndole el califa el título de sultán de Egipto, Nubia, Cirenáica, Yemen, Palestina y territorios de Siria. Conquistado definitivamente Alepo en 1183, y obtenido el vasallaje del príncipe de Mosul en 1186, lo que le procuraba el contro sobre Siria, emprendió la conquista del Reino latino de Jerusalén.
En 1187 venció en la batalla de Hattin, lo que le permitió invadir todo el Reino menos los sitios de Antioquía, Trípoli y Tiro. Jerusalén cayó en 1187, lo que provocó la reacción de las potencias occidentales y el inicio de la Tercera Cruzada. Derrotado en Arsuf, Jaffa y Cesarea por los cristianos liderados por Ricardo Corazón de León, ambos contendientes firmaron un tratado de paz en 1192 que aseguraba la existencia del Reino latino de Jerusalén, si bien circunscrito a una franja costera y un estrecho corredor hasta la ciudad, ésta en poder de los musulmanes.